Nuestro
ser está abierto a una constante
agresión emocional. Un
sentimiento positivo o negativo se dispara en nuestro interior cuando algo nos
llega de sopetón sin haberlo planeado. Ante aquello que no sucedía y ahora
sucede. Reaccionamos condicionando nuestro estado de ánimo y por eso reímos y
nos alegramos o lloramos y nos enojamos. Soy un incondicional del placer que
provoca la adrenalina de lo inesperado sea cual sea su signo. Me confieso adicto
al aliciente de las sorpresas.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
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