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miércoles, 30 de enero de 2013
Aburrirse tumbado en el sofá
Sumergirse en los entresijos del no hacer nada es para muchos la
quintaesencia del placer. Algo con lo que mi dinámica naturaleza no comulga en
exceso pero que reconozco apacigua y
reconforta. Es el dulce no hacer de las almas plácidas. De quienes ignoran la
agridulce miel del esfuerzo y entonan un canto al descanso. De aquellos que
gustan sentir el lento discurrir de las horas muertas en una pausa de pausas. Se
asemeja a la siesta, pero es otra cosa. Los ojos permanecen abiertos.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
lunes, 28 de enero de 2013
Relajar los músculos tras el esfuerzo
El agua caliente de la ducha y los tenues vapores de saunas y baños
dilatan nuestros vasos sanguíneos tras una dura sesión deportiva. Con ello favorecemos
la oxigenación de los músculos contraídos por el esfuerzo. Si además utilizamos
el jacuzzi, en el efecto masaje de sus turbinas hallaremos el complemento ideal
para una rápida y eficaz recuperación. Su benéfico colofón no es otro que animar
esta grata práctica con los latigazos del agua fría. ¡No olvides llevarlo a cabo!
De "Mis pequeños placeres" © 2012
viernes, 25 de enero de 2013
Los paisajes nevados
Contemplar
el albo manto de algodón con que el invierno cubre la fría desnudez de las más prominentes
cumbres es un espectáculo grandioso. Quienes siempre hemos vivido junto al mar alejados de
blancas cordilleras sentimos una especial atracción al entreverlas en la
distancia. Para mí siguen siendo un universo bello e ignoto que sugiere la aventura
y el riesgo. Por ello me atrae frecuentarlo cuanto puedo para vivir el sinfín de
experiencias que ofrece a quien ama la naturaleza.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
martes, 22 de enero de 2013
Respetar la opinión ajena
Nadie es dueño de la
verdad absoluta y ello nos obliga a ser tolerantes con lo que piensan los
demás. Hay personas que se molestan cuando se les contradice. No entienden que
escuchar puntos de vista enriquece y que la intransigencia aísla y empobrece. Considero
sagrada la libre expresión y el derecho a exponer las propias ideas
razonándolas ante quien sea. Valoro en gran medida que sean siempre respetadas
aunque en último término no se compartan. Nunca acepto la dictadura del
soberbio.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
domingo, 20 de enero de 2013
Escuchar el aullido del viento
Cuando
una violenta tormenta abate toda su furia abriendo la espita de los fuertes
vientos nuestro ánimo se altera. Del pozo del subconsciente afloran las
antiguas creencias de nuestros ancestros que los temían y los veneraban como
dioses mágicos. El sibilante periplo de su soplo en las noches invernales me
sugiere la batuta de Eolo dirigiendo los tenebrosos acordes de la wagneriana cabalgata
de las Valkirias. Cobijado en la penumbra, su rítmico repicar en postigos y
ventanas me apasiona.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
jueves, 17 de enero de 2013
El fuego de la chimenea
Un hondo latido hace que sienta la lumbre en el corazón. En la ardiente fogata
se incendian alegrías y penas; se queman los olvidos, se inflaman las
fantasías. El humo danza en torno al fuego como un demonio feliz que celebra
una maligna liturgia. Bajo el vivo chisporroteo de la leña encendida lo bueno y
lo malo se transforma en ceniza, como despedazado por una voraz carcoma. El
resplandor de las llamas siempre enturbia mi mirada e hipnotiza mi espíritu.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
martes, 15 de enero de 2013
Hacer cosquillas a los niños
Escuchar
la risa de un niño es sensacional. Nos inyecta alegría y optimismo… y es
contagiosa. Hacerles cosquillas
estimula los sentidos, socializa y ayuda a que se expresen Los encuentros con mis
nietos comienzan siempre con una activa sesión de achuchones, repasos
costillares y pellizcos en las zonas más carnosas del cuerpo que les encanta.
Una actitud atávica datada en los remotos orígenes del ser humano. ¿Reminiscencia
de un ejercicio del macho dominante sobre su clan?
De "Mis pequeños placeres" © 2012
domingo, 13 de enero de 2013
Dar los buenos dias
Unos ¡buenos días! o un
simple ¿cómo estás? pueden hacer más
grato el día de alguien más. Hay gente en las ciudades que vive en compañía la
más triste de las soledades. Por calles y avenidas deambulan centenares de
miradas extraviadas que ignoran a quienes perturban su ciego caminar. Me conforta quebrar esa
indiferencia con el constante revoloteo de mis buenos deseos. En el medio
natural hasta las aves dan los buenos días con sus trinos. ¡Seamos menos
indolentes y más generosos!
De "Mis pequeños placeres" © 2012
jueves, 10 de enero de 2013
Aprender leyendo cada dia
Somos lo
que sabemos y nada sabemos si no lo aprendemos. Los caudales del saber son un insondable océano, un sabroso fruto que aguarda le
hinquemos el diente. Las nobles galas del conocimiento son elemento
diferenciador del ser humano. Aprendemos por medio de nuestras relaciones
sociales y del contacto con aquello que nos rodea, pero también a través de la
lectura. Ese testimonio escrito de nuestro prójimo que abre la cancela de unos insospechados
caminos que amo transitar.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
lunes, 7 de enero de 2013
Los ratos de soledad
A veces deseamos
sentirnos solos. La melancolía nos invade cuando perdemos a alguien con un especial
significado en nuestra vida. y sólo nos sonríe la mueca de la tristeza. Entonces
adoramos ser abrazados por la soledad. Sentir la caricia de sus largos dedos bajo el cálido azul del cielo y una cariñosa brisa. La soledad permite depurar nuestra mente y vivir
lo más íntimo, gozando los más dormidos entresijos de nuestro ser interior. Envuelto
en su mortaja de silencios gusto hurgar en mis propias soledades.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
sábado, 5 de enero de 2013
Calentarse las manos con la taza
En las inclementes y gélidas
jornadas invernales, a pesar de protegerlas, nuestras manos acaban siendo
acuchilladas por los puñales del frío. Los dedos pierden sensibilidad y su
rosado natural muda a blanquecino. Se torna imposible el simple hecho de
escribir o coger algo con sus entumecidas yemas. La mejor y más placentera
solución se encuentra en la humeante calidez de una taza Y si nuestra mano la
abraza al calor de un buen fuego y en grata compañía… ¡Mucho mejor!
De "Mis pequeños placeres" © 2012
jueves, 3 de enero de 2013
El murmullo del agua del rio
Sentado junto al rio, allí donde el agua ejercita su más febril
recorrido, contemplo cómo la serpenteante corriente plateada muestra su
inquietud. Abierto en mil heridas por el choque contra las rocas, la furia del
rio salpica mi cara con su dulce agua bendita. Mientras las inquietas aguas buscan
la lejanía, intento comprender el balbuceo de sus palabras. Son momentos
intensos de serena compañía. Me hechizan los lamentos de ese húmedo ser vivo.
Hacen que me olvide de mí mismo.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
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