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martes, 15 de enero de 2013
Hacer cosquillas a los niños
Escuchar
la risa de un niño es sensacional. Nos inyecta alegría y optimismo… y es
contagiosa. Hacerles cosquillas
estimula los sentidos, socializa y ayuda a que se expresen Los encuentros con mis
nietos comienzan siempre con una activa sesión de achuchones, repasos
costillares y pellizcos en las zonas más carnosas del cuerpo que les encanta.
Una actitud atávica datada en los remotos orígenes del ser humano. ¿Reminiscencia
de un ejercicio del macho dominante sobre su clan?
De "Mis pequeños placeres" © 2012
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