A lo largo de mi larga andadura por el mundo del deporte en la naturaleza he tenido ocasión de experimentar las peculiares sensaciones que nos brindan una gran parte de aquellos que se practican bien a cielo abierto o bien en el medio acuático habiendo perdido la cuenta tanto del número de kilómetros que he recorrido por todo tipo de terrenos caminando, corriendo o en bicicleta como el de millas que he cubierto navegando a remo o a vela o bien simplemente nadando o hurgando en las profundidades marinas, como impenitente devoto de esa naturaleza a la que tanto amo.
Este privilegio del que por fortuna aun hoy en dia continúo gozando me es de gran ayuda para constatar los aspectos que desde el punto de vista de la actividad física tienen en común algunos de ellos y que en muchas ocasiones ofrecen sorprendentes similitudes a pesar de ser practicados en medios tan opuestos como el terrestre y el marítimo.
Pronto hará tres años que descubrí los placeres de la marcha nórdica, un deporte que considero completo por exigir una actividad física integral y al que me entrego a diario en nuestro bello entorno de diversificados caminos, compaginando su práctica con frecuentes salidas en kayac de mar, una forma de navegar que me apasiona y me acerca a ese fascinante y enigmático mundo marino, curiosamente dos deportes que en lo que atañe a su técnica específica mantienen un acentuado paralelismo, puesto que en ambas modalidades se obtiene la máxima eficacia armonizando el trabajo muscular de todo el cuerpo.
Asi puede comprobarse que el impulso proviene de los brazos en ambas disciplinas de manera que los bastones de la marcha se corresponden con la pala del kayac puesto que al efectuar el apoyo en su respectivo medio (tierra y agua) es cuando en ambos se genera el avance y el cuerpo obtiene la necesaria estabilidad para proseguirlo, con la rotación del tronco y el consiguiente trabajo abdominal que ello conlleva como elemento común.
La función de las piernas es igualmente esencial en ambas actividades pues ellas son las que fijan y transmiten el impulso a través de la zancada en la marcha y por medio de la bloqueante presión interna de pies y rodillas contra el casco de la embarcación en el caso del kayac.
De todo ello puede concluirse que nos encontramos ante dos deportes diferentes por el medio en que se practican pero a la vez muy similares en lo que atañe a la utilización de los principales grupos musculares, cosa que los hace altamente compatibles y muy recomendables para quien quiera gozar de una práctica deportiva de similar nivel de exigencia física abarcando todos los hermosos entornos naturales que nos son cercanos a aquellos afortunados que habitamos junto al Mediterráneo.
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