Existen interesantes actividades marinas en las que es necesario madrugar para obtener los mejores resultados de su práctica y uno de ellos es la pesca al currican a bordo de un kayac de mar, algo que vengo disfutando desde hace varios veranos a bordo de mi Oasis sin que ello signifique que represente lo más importante de unas singladuras en las que aquello que siempre priva por encima de cualquier otra consideración es el mágico encuentro con una naturaleza virgen que inicia los escarceos de su diario despertar.
Y si además del directo acceso a esas bellezas que la naturaleza marina ofrece nuestro inquieto sedal vibra por cualquier voraz apetito matutino escondido bajo las aguas ¡tanto mejor! Deberemos considerarlo como una dádiva de Neptuno que hemos de tomar como muy merecida recompensa al amor que nos inspira un Mediterráneo tan cercano para algunos aunque también tan lejano para otros.
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