Las tranquilas noches de verano
Erguida en el cielo, la luna todo lo baña con su metálica luz de zinc.
Clara, llena y fosforescente, destaca orgullosa sobre el negro infinito. Un
intenso desorden de pedrería luminosa viste el cielo. Reverberando en las aguas
quietas se agitan collares de perlas relucientes. Un universo de miles de
racimos de estrellas destellantes. En el seno de las tranquilas noches de
verano puedo sentir la leve caricia de las sombras ciegas. Unas sombras de
sombras que me ayudan a no dormir.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario