Gobernar una embarcación es
una experiencia siempre excitante. La piel marina es la más versátil de las
superficies. Dormido espejo en las mañanas de calma, sinuoso tobogán con la
entrada de la brisa y torrente de nívea espuma
si azotan los fuertes vientos. Una poderosa atracción me lleva a adentrarme en su
vasto laberinto de emociones. Cabalgar las crestas del mar me apasiona. Vencer la
furiosa orgía de las olas y el veleidoso embate de remolinos y corrientes me
fascina. Adoro el navegar.
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