La mirada es un arma
poderosa. Permite acallar una boca y acelerar el palpitar de un corazón. Llegar
a entenderse a través de la mirada es un convenio de palabras sin palabras, un cómplice
pacto silencioso entre almas. Encendiendo la luz de nuestros ojos convenimos
con quienes nos son cercanos el hacer esto o aquello ilusionándonos en retos comunes
y aportando el coraje necesario para juntos acometerlos. Poder interactuar a
través de la mirada es una fortuna impagable.
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