El olor a tierra mojada
Oler
las balsámicas fragancias de la tierra cuando los chubascos calman la ardiente sed estival es seductor. Los dulces
efluvios de sus entrañas relajan y comunican con una naturaleza que aguarda
vistiendo sus mejores galas para abrazarnos con su amor de madre. Su llegada
trae nostalgias de viejos encuentros y episodios felices. Quienes vagamos por
vaguadas escondidas o lujuriosos hayedos somos afortunados. El olor a tierra
mojada es allí inolvidable.
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