Bienvenido/a a mi blog personal
jueves, 29 de noviembre de 2012
Pensar en positivo
Nuestra mente conversa de
continuo con nosotros mismos y a menudo sus pensamientos no son positivos. Nos
sentimos culpables de hechos ya pasados y el futuro nos angustia. Borrar el
concepto negativo del “no puedo” cuando los miedos nublan el ánimo es vital
para lograr lo que pretendemos. Hay que domar el rebelde potro de los
pensamientos y trocar en positivo cuanto de negativo nos acecha. El frasco de
nuestra vida nunca está colmado, pero yo lo veo siempre medio lleno, jamás
medio vacío.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
martes, 27 de noviembre de 2012
El chispear de la lluvia
La fina llovizna que el viento alborota en las tardes tormentosas es
solaz del deportista. Sentir en el rostro encendido el latigazo de su roce
tonifica el cuerpo y enardece el ánimo. Me siento como nuevo cuando las frescas
gotas se deslizan por mi piel y el olor a tierra mojada vierte en mi olfato sus
mágicos excipientes. Y en las horas relajadas, al trasluz de mi ventana, mis
ojos persiguen su tenue llanto cuando aterciopelado se cierne dejando su húmeda huella en los verdes del
jardín.
sábado, 24 de noviembre de 2012
El amanecer en la playa
Cuando llegan las calmas del
invierno disfruto contemplando el amanecer en la playa. Las aguas yacen dormidas
y un aura de placidez domina el panorama. En el horizonte emerge como una
enorme naranja rojiza el inmenso ojo solar.
Parece mirarme con deleite. Su calor me acaricia atravesando las deshilachadas
nubes. Todo huele a madrugada fresca. El tiempo parece detenerse como temiendo
romper un hechizo. Entonces cierro mis ojos y la rueda del día comienza a
girar.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Los rayos del sol filtràndose a través de los àrboles
Apenas los primeros
rayos del astro rey disipan las sombras de la noche, un estallido de luminosos
haces atraviesa las copas de los árboles alumbrando los dormidos senderos. Son
fulgentes espejuelos que en un constante ir y venir de rama en rama simulan
jugar al escondite. Mientras mis pies avanzan, persigo con la mirada las
caprichosas manchas de luz que guiñan en el suelo. Obedecen al baile de las
hojas impulsadas por la brisa. Son sombras chinescas que acompañan mi paso.
martes, 20 de noviembre de 2012
Olfatear un buen vino
Una piel de cristal deja ver su esencia elegante y seductora de color
rubí cereza. Próximo a nuestra nariz recuerda el olor de canela, de tierra quemada por el sol. Con
rito religioso se aloja en la boca. Es pleno, redondo, carnoso, nido de
exóticos aromas y mágicas fragancias. Despierta la escondida naturaleza de
todos los sentidos. Voluptuosamente abrazado a mi lengua, agoniza en mi garganta
disolviéndose para siempre en la eternidad. Juntos desaparecemos en un dulce
sueño.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
viernes, 16 de noviembre de 2012
El sonido de las olas
Siguiendo la batuta de
Neptuno, el concierto de las olas nos brinda los más insólitos y variados
registros. Son relajantes susurros mientras acarician nuestros oídos lamiendo con
languidez las arenas de la playa y epopeya wagneriana cuando en desatada orgía,
escupen febriles el aliento de su inquietud. El fragor del oleaje batiendo
enhiestos acantilados aviva en mi espíritu aventureras ansias adobadas con el
salobre regusto del riesgo. Es una mágica obertura para quienes amamos el mar.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Las setas
Con
las mansas lluvias otoñales surgen como por ensalmo del sustrato de los húmedos
senderos y las mullidas pinedas. Sus atractivos sombreros son una enigmática
despensa de deliciosos sabores o mortales hieles. Apreciar sus exquisiteces sin
conocerlas es como jugar a la ruleta rusa. Sus efectos pueden ser letales.
Disfruto contemplándolas en su hábitat natural y solo recolecto las pocas
especies que conozco. Luego regalo mi paladar con sus escondidas y particulares
delicias.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
lunes, 12 de noviembre de 2012
Plantearse retos
Aunque la vida ya nos
siembra el camino de duros escollos que debemos salvar, plantearse retos propios,
sean grandes o pequeños, y sobre todo esforzarse en cumplirlos, conlleva muchas
satisfacciones. Somos más fuertes cuando el torbellino de la tenacidad nos arrastra
hacia el intrépido universo de la aventura y el riesgo. Me gusta apurar el néctar
de la osadía y seguridad en mí mismo a través de mis propios retos. Hace mi
presente más intenso y me libera del fantasma del futuro.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
jueves, 8 de noviembre de 2012
El bosque en otoño
Desdibujado el verano, llegan meses de
tristeza en los que el astro rey retrocede y la aurora pierde fuerza. El
día es corto y parece que el tiempo escapa. Caen las hojas secas en su
crujiente lecho de ocres desconsuelos. La hojarasca tapiza senderos y alamedas
despoblando los parques. Los barrenderos del alba aparecen. El vago aroma de
las hojas muertas y el húmedo olor de los helechos visten el espíritu de
melancolía, ese dócil animal de compañía en las horas tranquilas de nuestra
vida.
martes, 6 de noviembre de 2012
Descalzarse tras una larga caminata
Nuestros
pies soportan un cúmulo de brutales agresiones. Nacieron desnudos y libres,
pero pronto los encerramos entre lóbregas paredes. Nos llevan a todas partes
resignados a su suerte. En la montaña y el llano nuestras botas son los ojos
que les marcan el camino. Anhelan la luz del día y liberados tras su diario
tormento, acompañan relajados y felices las quietas horas de nuestro descanso.
Su merecida libertad es un oasis de placenteras sensaciones. Dejemos que la
recuperen.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
sábado, 3 de noviembre de 2012
Saborear un dulce
Seductor y sensual, oculta su delicada ambrosía
prisionera de un papel. En el cerebro su imagen promete una explosión de
deleite. Ensaliva el paladar antes de abrazar nuestra lengua desparramando
irresistibles esencias que voluptuosas festejan el cielo de nuestra boca. Evoca
los tiernos años de nuestra infancia y dibuja en la mirada el brillo de la
satisfacción y el optimismo. Un buen dulce es una adorable tentación. Una
exquisitez que siempre excede los umbrales del placer.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
jueves, 1 de noviembre de 2012
Mirar el mar
Dicen que quien mira al mar mucho tiempo se olvida de todo. Tal es su
poder de atracción. Esa inmensa y azulada piel de agua insufla una irresistible
apetencia de vivir en plena comunión con su naturaleza evocadora de silencio y
soledad. Con los ojos del espíritu amo mirar el mar. A caballo de su salobre
brisa llegan duendecillos líricos con la poética inspiración como preciado
equipaje. Un banquete de delicias para cualquier espíritu sensible. No me sería
posible vivir lejos del mar.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
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