La
sabiduría no se adquiere por designio divino. No existe la ciencia infusa. Nuestra
fuente de pedagogía son las experiencias propias y aquellas que obtenemos por
medio de los demás. Considerar el balance de éxitos y fracasos propios y ajenos
instruye día a día. El sabio escucha, observa, lee y es curioso. Yo procuro
atesorar el conocimiento aplicando mi propia disciplina pero sin despreciar el
rico manantial de la sabiduría ajena. Por eso disfruto intercambiando vivencias,
opiniones e ideas.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario