Es emocionante volver a encontrarse con algún viejo amigo que un día formó parte de tu vida y con quien compartiste felices experiencias. Cuando te sientas con él, conversas largas horas y retrocedes en el tiempo. Sientes el hondo latido del pasado. Deshilar recíprocas vivencias poniéndose al corriente de lo acaecido a cada cual representa completar el complejo puzle de la vida. Me causan gran alegría esos emotivos encuentros. Quien en algún momento acompañó mi día a día es importante.
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