Disfruto las mañanas de estío henchidas de sol. Los días sosegados
andando el camino de los labios de la mar, donde las olas besan la arena y
apenas permiten revivir unos instantes el dibujo de tus huellas, Siento el mimo
y las caricias del agua salada en mis pies desnudos mientras mi mente escudriña
el lejano horizonte. Y cuando se enfurece su rizada mansedumbre, hundo con mi
pisada las blancas trenzas de espuma que alcanzan el arenal. Soy un ferviente
enamorado de las orillas del mar.
De "Mis pequeños placeres" © 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario