Lograr la excelencia en cualquier actividad que emprendemos
requiere motivación, esfuerzo y tiempo. El amor al trabajo bien hecho se
está perdiendo en favor de la improvisación y la prisa. Queremos probarlo todo
y ello conduce con frecuencia a no hacer las cosas lo bien que debiéramos.
Conviene mantener la mente abierta para saber escuchar y aprender de los
fracasos. Soy un fan de la excelencia a pesar de que mi inquieta naturaleza no
practique en demasía estos sabios consejos.
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