Desnudarse en la naturaleza
La experiencia de disfrutar espontáneamente de
nuestro propio cuerpo es un goce muy especial. Recibir desnudo la caricia del
sol y del agua en los aledaños de una piscina o en las orillas de una playa,
río o lago es increíblemente grato en lo
físico y además incrementa la autoestima. Despojarnos de nuestra ropa libera de
unos ridículos e inútiles tabúes impuestos por una sociedad que se avergüenza
de lo natural. Yo lo disfruto a la menor ocasión. Siento que mi cuerpo vuelve a sus orígenes.
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