La belleza de lo hecho a mano no depende de la nobleza del material utilizado. Lo más humilde también es válido. A lo largo de mis salidas al medio natural suelo ver cómo algunas de mis compañeras y amigas recogen en sus mochilas piedras, flores y troncos secos. Con ello y la impagable dote de su inteligencia creativa componen exquisitas piezas de arte de singular belleza. Considero tienen un gran valor. Son ricos tesoros de la imaginación humana. Un granado fruto de las pequeñas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario