Artefactos ideados para acercar las emociones de la velocidad y despertar nuestra adrenalina, nos ofrecen sofisticadas versiones que intentan superarse en osadía. Sus tortuosos y endiablados giros e inversiones semejan polícromos tirabuzones que intentan taladrar cielo y tierra. La energía cinética de sus desplomes conviene tan sólo a pasajeros de temple audaz. Me fascina el expectante silencio que acompaña su lenta subida y el carrusel de ansiedades que sigue. Hace que me sienta eufórico.
A mi... segons com, em pot vindre la primera papillad el món... je je
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